La Diócesis de Tucson estableció la Oficina de Protección de Niños, Adolescentes y Adultos después del proceso judicial asociado con las difíciles circunstancias surgidas a raíz de los casos de abuso sexual por parte de clérigos, que salieron a la luz alrededor de 2002. En el correr de los pasados 16 años, esta oficina ha asistido con investigaciones, recursos y apoyo para las víctimas del abuso, y continúa trabajando en ello. También supervisa el trabajo de los encargados del cumplimiento de las normas en todas las parroquias y escuelas de la diócesis. Ellos son quienes facilitan las investigaciones de antecedentes y otras prácticas de seguridad para prevenir el abuso. Todos los clérigos, religiosos consagrados, empleados y voluntarios deben observar estas prácticas de seguridad. |
La magnitud del abuso revelado en el informe del Procurador General de Pensilvania continúa exponiendo ramificaciones de prácticas pasadas del liderazgo de la Iglesia con respecto al abuso sexual. Y las consecuencias tienen cada vez más alcance. Cuesta entender cómo las situaciones descritas en el informe llegaron a ocurrir, y mucho menos cómo se permitió que los perpetradores del abuso persistieran.
El papa Francisco hizo pública el lunes una carta en que describe claramente la gravedad de la situación en varias diócesis de Pensilvania, a la par de los casos de Chile y otros países. El papa Francisco fue contundente al expresar su parecer: el abuso no se puede tolerar.
Varios obispos y otros líderes de la Iglesia han hecho declaraciones que en conjunto constituyen una importante crónica. Yo vi este artículo en el sitio Catholic News Service, después de difundida la semana pasada una declaración del cardenal Daniel DiNardo, líder de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) , quien hizo un llamado al Vaticano para que se investigaran las acusaciones contra el excardenal Theodore McCarrick.
La declaración de DiNardo indicaba también que la USCCB crearía nuevos mecanismos para las denuncias de las víctimas, y que los casos se investigarían fuera de la influencia de los obispos. En estas investigaciones intervendrán más miembros de la Iglesia que no son miembros del clero incluyendo laicos con experiencia en la rama del orden público y la psicología.
Mi búsqueda me llevó al siguiente reportaje, que ofrece otra perspectiva sobre las posibilidades de intervención de los laicos. Antes de seguir adelante, le recuerdo una vez más a la comunidad de nuestra diócesis: primero se presenta la información ante las fuerzas del orden público, y luego se reporta el abuso o el conocimiento de abuso a nuestra Oficina de protección: 520-838-2513.
Presidente de CUA ve al laicado como clave para la renovación en una Iglesia mancillada por el escándalo
De Catholic News Service
WASHINGTON (CNS) -- En una carta fechada el 18 de agosto y dirigida a los estudiantes y el personal de la Universidad Católica de América (CUA), su presidente, John Garvey, dijo que el laicado debe cumplir una función en la reconstrucción de la Iglesia tras el nuevo escándalo de abuso sexual por parte de clérigos que también apunta a los obispos por no haber tomado medidas para acabar con el abuso.«El laicado debe dar un paso al frente con fervor, energía y resolución. Necesitamos de la perspectiva, experiencia, juicio y oración de los laicos, y de la presión que viene de haber pasado un mal trance más de una vez», dijo Garvey en su carta.
«Quiero enfatizar para todos ustedes –estudiantes, padres y exalumnos– la responsabilidad que el laicado tiene, hoy más que nunca, de servir a la Iglesia», añadió.
«Este no es un problema que los obispos puedan resolver solos. Aunque la mayoría de ellos son hombres buenos y santos, los actos detallados en el informe del gran jurado han afectado la reputación de todos. Ellos necesitarán de nuestra ayuda e insistencia en la rendición de cuentas y en un protocolo de altos estándares».
La carta de Garvey se dio a conocer cuatro días después de la publicación del informe del gran jurado de Pensilvania donde se nombran a más de 300 sacerdotes como responsables de abusos de niños desde 1947 hasta 2017. El número total de víctimas incluido en el informe asciende a más de 1.000 y "según el procurador general de Pensilvania, más sobrevivientes continúan contactando su oficina»., dijo Garvey.
«Debo admitir que no logro comprender cómo se pudo haber permitido que una maldad inenarrable como ésta se enconara en el corazón de la Iglesia. Queda claro que algunos obispos cambiaron sacerdotes de un lado a otro e invirtieron su energía en proteger la imagen de la Iglesia en lugar de velar por la seguridad de sus rebaños», añadió.
Garvey reservó su juicio sobre el cardenal Donald W. Wuerl de Washington, el canciller de la universidad que fungió 18 años como obispo de Pittsburgh (1988-2006), una de las diócesis examinadas en el informe. El cardenal ha tenido que defenderse del criticismo de su manejo de los casos de abuso ocurridos cuando él estaba a cargo.
El informe del gran jurado incluye un número de casos en que él se rehusó a regresar sacerdotes a las parroquias después de que fueron acusados de abuso», dijo Garvey. «Pero el tema central del informe contra los obispos de Pensilvania es que el abuso ocurrió a lo largo de muchos años y, en muchos casos, fue facilitado, pasado por alto o encubierto, lo cual ha resultado en el quebranto de la confianza de todas las víctimas inocentes y de los fieles».
Los católicos laicos, sugiere Garvey, «podrían tomar como ejemplo a Sta. Catalina de Siena, doctora de la Iglesia que una vez le escribió al papa Gregorio XI exigiendo que interviniera para "eliminar el tufo de los ministros en la santa iglesia; para sacar las flores apestosas y plantar plantas aromáticas, hombres virtuosos que le teman a Dios"».
Los estudiantes pueden jugar un rol, dijo Garvey. «La Iglesia atraviesa un periodo de crisis real», les dijo. «Los invito a prepararse para asumir roles clave en la reconstrucción de la Iglesia de Cristo. Recen con fervor por los sobrevivientes. Y recen por las vocaciones religiosas; animen a hombres y mujeres para que consideren las vocaciones como parte de la renovación de la Iglesia, sumándose a todos los clérigos virtuosos que continúan sirviendo en la Iglesia. Y decidan en qué capacidad podrían servir ustedes».
Garvey dijo, «Hace alrededor de 800 años, en una iglesia polvorienta en las afueras de Asís, San Francisco oyó el mandato "mi Iglesia está en ruinas; reconstrúyela". Yo no sé si hoy la Iglesia está en ruinas, pero la situación actual se acerca más a esa descripción que cualquier otra cosa que yo haya experimentado».
«La pregunta que resuena en el corazón de todos los fieles, incluyendo a nuestros sacerdotes y obispos, es qué hacer ahora», continuó. «Que no haya ningún malentendido. Es imprescindible contar con protocolos de denuncia más firmes y una disciplina más rigurosa. Pero los procedimientos no son sustitutos para el arrepentimiento y la renovación espiritual».
Más de 100 directores asistieron a las sesiones de capacitación y escucharon la presentación de John Vitek, presidente y director ejecutivo en jefe de Saint Mary's Press, y las revelaciones de un estudio nacional sobre la dinámica de la desafiliación de los jóvenes católicos.
Vitek, coautor del estudio, sugirió un proceso de tres pasos que implica escuchar, invitar a la conversación e inculcar en los estudiantes una sensación de que "se los conoce por su nombre, de tal manera que, cuando no están, se les echa de menos".
El estudio concluyó que generalmente hay una serie de circunstancias, "discrepancias sin resolver", que se van acumulando con el paso del tiempo antes de que la persona se desafilie o diga que ya no se considera católica. Vitek dijo que la edad media de la desafiliación son los 13 años, octavo grado.
Hay varios factores que influyen en la desafiliación, incluyendo sucesos en la familia, como el divorcio. El estudio destaca que no hay razones simples, solo que, una vez que ocurre la desafiliación, esos jóvenes que antes eran católicos no vuelven a la práctica de la fe más adelante en su vida.
Antes de su discurso, Vitek sugirió una estrategia que las parroquias pueden considerar para hacer frente a los síntomas iniciales de la desafiliación. Recomendó que todas las parroquias tengan un director espiritual a partir del segundo grado.
Fotos por Michael Brown Izquierda, John Vitek, director ejecutivo de St. Mary’s Press in Winona, Minn. realizando su presentación. Arriba, DRE y DYM tuvieron la oportunidad de ver recursos, conocerse e intercambiar ideas durante la convocatoria. |
Mi sucesor en la Diócesis de Salina, Kansas, el obispo electo Gerald L. Vincke, será ordenado obispo e investido con el honor de pastor de la diócesis esta tarde. Me da gusto saber que la diócesis estará en buenas manos. En mi visita de varios días a esa diócesis he tenido la oportunidad de ver a muchos amigos y colegas. Buena suerte obispo Vincke, y Ad Multos Anos!
Me congregaré con la comunidad de fe de la Catedral de San Agustín el domingo, y juntos celebraremos a nuestro santo patrón diocesano, San Agustín. Nuestro patrono es "reconocido como santo de la Iglesia católica, la Iglesia cristiana occidental, y la Comunión anglicana, y como doctor preeminente de la Iglesia. Se le honra el 28 de agosto, día de su muerte. Agustín es el santo patrón de los cerveceros, los impresores, los teólogos, el alivio de las afecciones de los ojos, y de varias ciudades y diócesis.